B. Formación Teológica

Esta asignatura constituye el primer acercamiento del alumno a la fuente bíblica de la revelación del Dios judeo-cristiano. Proporciona las claves para la lectura, comprensión e interpretación de los textos bíblicos.

La asignatura que a continuación se presenta tiene como objetivo fundamental un estudio global de la historia de la salvación y de la experiencia religiosa del pueblo judío. Ambas realidades caminan a la par. Dios se revela en la historia a través de hechos y palabras, convirtiendo así la historia en “historia de salvación”. Israel acoge en la fe dicha revelación y por ella va creciendo en el conocimiento de su Dios, desarrollando así su experiencia religiosa.

Esta disciplina trata de afrontar los problemas culturales, filosóficos e históricos con los que debe enfrentarse la comprensión de la revelación: ¿es posible una comunicación de Dios con el ser humano, es posible que el ser humano comprenda de algún modo al infinito de Dios, hay datos, razones, motivos para pensar que Dios se ha dado a conocer en la historia? ¿En qué historia se ha dado a conocer y qué acceso tenemos a ella? ¿Puede el Absoluto hacerse historia?

Entre las principales curiosidades de cualquier hombre o mujer tendría que estar la de conocerse a sí mismo y saber qué hace en el mundo, de dónde viene y hacia dónde se dirige. Eso ha sido así desde muy antiguo y los humanos le han dado muchas vueltas. Es una reflexión que hacemos desde la fe, pero que se ofrece también como un instrumento de diálogo especialmente significativo con nuestra cultura actual.

Desde antiguo, Dios ha representado un problema para la razón. En particular la cuestión de la justificación de Dios ante la evidencia del mal, que dio lugar a una disciplina clásica denominada “Teodicea”. En este curso vamos a adoptar una perspectiva más amplia. Para poder comprender de dónde surge la necesidad de esa justificación, tenemos que estudiar si es racional creer que Dios existe, si hay alguna demostración de la existencia o inexistencia de Dios que se haya mostrado exitosa, si lo que decimos cuando hablamos de Dios tiene sentido, si el mal puede justificarse de alguna manera, etc. A lo largo del curso tomaremos parte en los debates más contemporáneos al respecto, sin olvidar a los autores clásicos, que son las fuentes de las que beben los autores de hoy.

Presentación Dios, su realidad, su ser, su verdad más íntima, es el centro y el objeto de toda la teología. ¿Cómo es Dios? ¿Qué podemos saber de su ser más íntimo? ¿Vale lo que nosotros, la filosofía, la historia de las religiones, etc., han descubierto, o tenemos que aferrarnos y centrarnos en lo que él ha dicho de sí mismo? Tenemos que saber de él desde lo que él ha revelado de sí. Y esto, en la teología cristiana, lo encontramos en lo que Jesús de Nazaret nos ha hablado de Dios. Nos ha dicho que es Padre, que él, Jesucristo, es su Hijo y que con ambos convive el Espíritu Santo. Por ello descubrimos que el Dios cristiano es una comunidad de tres “personas”. Eso es lo que llamamos “Trinidad”. Algo peculiar, cuyas implicaciones hay que estudiar desde distintos puntos de vista. Y eso mismo es lo que haremos en esta asignatura: profundizar en este misterio íntimo de este Dios formado por tres “personas” (veremos cómo hay que entender estas “personas”) en una unidad de amor incomparable.